El espejismo dorado

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Patricia Romero Barrientos*

Las decisiones tomadas por el actual Gobierno dejan la duda de si el presidente Arias y el ministro Dobles están realmente convencidos de las bondades del proyecto minero Crucitas o si son otras las razones para apoyarlo. Hagamos memoria: Vanessa Ventures, empresa transnacional a cargo de dicha mina, demandó en 2003 al Estado costarricense ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a inversiones del Banco Mundial, por la paralización del Proyecto Minero Crucitas.


El proyecto había sido rechazado por Setena en 2002, pues no cumplía con las exigencias ambientales. Además, un decreto ejecutivo firmado por don Abel Pacheco declaró una moratoria contra la minería a cielo abierto y así se detuvo por completo ese tipo de actividad industrial.

Sin embargo, este Gobierno le dio señales de cambio a Vanessa Ventures puesto que ésta retiró la solicitud de arbitraje internacional. La primera de esas señales fue derogar la moratoria contra la minería de oro a cielo abierto, en el día Internacional del Ambiente, sin ningún análisis de riesgo-beneficio para sustentar tal decisión. ¡Vaya "Paz con la Naturaleza"! La otra señal fue el cambio de criterio de Setena que le dio viabilidad al proyecto.

De esta manera, el Gobierno incumplió su promesa con la sociedad costarricense: ¿dónde ha quedado la imagen verde del país, dónde están los discursos sobre la protección del medio ambiente como clave para el desarrollo? El presidente Arias dijo: "El desarrollo en Costa Rica será verde o no será". Hoy es todo lo contrario.

El presidente Arias se rehúsa a entender que el impacto ambiental de la minería en Crucitas afectaría la cuenca del río San Juan y a todo el ecosistema, animales, plantas y seres humanos, a ambos lados de la frontera.

Traigamos a la memoria lo que sucedió en la Mina Bellavista, en Miramar de Puntarenas. También allí la empresa aseguró la supuesta seguridad del proyecto, también allí la Setena avaló los estudios presentados por la empresa y también se argumentó que la mina garantizaría el desarrollo de Miramar y nuevas fuentes de empleo para sus habitantes. El desastre ocurrido en ese sitio en 2007 demostró que ninguna de estas afirmaciones tenía fundamento.

Soy consciente de que Cutris de San Carlos necesita con urgencia opciones de empleo y desarrollo, pero jamás a un costo tan alto para el ambiente y para la salud de las personas. La negligencia de los gobiernos de turno ha servido como caldo de cultivo para que vengan empresas a lucrar con la miseria de la gente. ¡Basta ya de manipulación y de doble moral!
Un detalle de vital importancia: junto con otras instancias, desde 2004 la Organización Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales ha indicado, entre otras deficiencias, que todo lo referente al manejo de sustancias tóxicas como el cianuro ha sido tratado "laxamente", mientras que el Plan de Cierre y los planes de contingencia presentan deficiencias.

El decreto, que declara de interés público y de conveniencia nacional la explotación minera a cielo abierto en Crucitas, en realidad solo le conviene a la corporación minera, que se llevará la ganancia casi intacta y nos dejarán los conflictos ambientales, sociales, de salud pública y hasta de relaciones internacionales a nosotros, el pueblo costarricense.

Lo que nos espera con este modelo de desarrollo que Arias está impulsando a toda costa es la transformación de esa área colindante con el río San Juan en una gran zona de devastación a causa de la "fiebre del oro". No es solo Crucitas lo que está en juego. A fin de cuentas es el modelo de desarrollo del país entero lo que está en riesgo.

*Diputada

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