14 de Octubre de 2008
De pie costarricenses. Llegó la hora de levantarnos y de oponernos con firmeza a la destrucción de la vida. Miles de árboles, arbustos, plantas y seres vivos están sentenciados a morir en Crucitas, cerca de la frontera con Nicaragua. La empresa minera tiene listos los tractores para que destruyan toda la vegetación incluyendo cuevas y nidos de miles de aves, entre ellas la Lapa Verde que se alimenta de los almendros, especie protegida por ley. No tenemos mucho tiempo.
Es que la actividad minera no permite ningún árbol en pie, la tala debe ser rasa, es decir dejar la montaña en pura tierra para luego empezar a escarbar y a sacar la roca que contiene el oro. Se necesita una tonelada y media o más de roca para poder sacar un gramo de oro. Para sacar un kilo tienen que moler y licuar grandes cantidades de material con millones de litros agua cianurada, porque el cianuro actúa como un imán que atrae las microscópicas partículas de oro.
Una mina que extrae oro y otros metales mediante este procedimiento que se llama de lixiviación, requiere una cantidad de agua tal, que el agua que gasta la mina en una hora es el agua que consume una familia campesina en 20 años.
Para lograr reunir esa cantidad de agua lo que hace la empresa es comprar las fincas alrededor de la mina para que nadie acuse y desviar las quebradas para juntarlas, lo que a todas luces es prohibido. Y el agua contaminada con residuos de cianuro, que ya no se necesita, va a dar a grandes lagunas donde sigue envenenando a cuanto animalito tome de esa agua. La empresa lo que hace a veces, es poner unos letreros de advertencia pero como ni los pájaros ni los animales saben leer, la muerte y destrucción continúa como sigue ocurriendo hoy en Macacona después de más de 20 años de haberse cerrado la mina.
La empresa minera presentó un Plan de Manejo de bosques, pero la subregión Norte del MINAE lo rechazó porque no es un plan, es tala rasa lo que está prohibido en Costa Rica a menos de que se declare el proyecto de Conveniencia Nacional como es el caso de una carretera o un hospital. La ley es clara, es prohibido el cambio de uso del suelo pero se la quieren brincar declarando la minería de utilidad pública, ¿cuál utilidad?
La minería metálica es la industria más destructiva y contaminante que existe y nunca podría ser de conveniencia ni utilidad nacional sino de destrucción nacional y saqueo de los recursos porque no solo deforestan y contaminan las aguas sino que se llevan la grandísima tajada porque llegan a tener el descaro, como lo hizo la mina de Miramar que era hermana de la de Crucitas, de acogerse a leyes como de Zona Franca donde no pagaron ni un cinco de impuestos y el país debió otorgarles incentivos para que al final salieran huyendo dejando a Miramar dividido y en latente peligro el manglar y las costas del pacífico.
Haga una encuesta, un plebiscito, una consulta al pueblo costarricense preguntándole si está de acuerdo o no en que se corten miles de árboles incluyendo cientos de especies protegidas como el almendro amarillo. Lo más seguro es que la gente del campo y de las ciudades se ponga de pie y responda con un rotundo NO a la corta de más árboles porque la gente está harta de que se destruyan los bosques, porque hay conciencia de que la deforestación contribuye al cambio climático que empezamos a sufrir.
Si el pueblo no quiere que se corten más árboles entonces hagámoslo saber, pongámonos de pie, salgamos a protestar, llamemos a los políticos, presionemos a los candidatos que quieren gobernar este país, hagamos algo porque si no hacemos nada, seremos responsables de la puñalada que sufrirá la piel de nuestro país cuando esa nefasta empresa clave los aguijones y la empiece a desangrar. Tenemos poco tiempo para salvar a los miles de árboles de Crucitas que hoy están condenados a muerte.
Lic. Marco Tulio Araya
Periodista
C. 2171
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