27 de Octubre de 2008
Por Carlos Salazar (csalazar@elpais.co.cr)
Naranjo, (elpais.co.cr) “Eso de las Crucitas es un crimen. Es un crimen no solo contra la naturaleza, es un crimen contra las generaciones del futuro”, declaró la destacada intelectual costarricense Hilda Chen Apuy, Premio Nacional “Magón”.
Chen Apuy hizo la declaración a Nuestro País, minutos antes de conversar en Naranjo, Alajuela , este domingo en la mañana, con un grupo de jóvenes de diversas organizaciones sociales en la Casa de la Cultura, de este cantón.
“Es un crimen porque la minería de oro a cielo abierto, es bien sabido, es bien reconocido que produce una contaminación gravísima en las aguas, en los ríos”, aseguró.
Para la catedrática emérita de la Universidad de Costa Rica recalcó “fíjese en toda la suciedad, porque son venenos, usan arsénico, cianuro y otros elementos muy tóxicos. Eso es una contaminación”, precisó.
“Entonces, qué quiere decir, que esa agua de los ríos contaminados no se puede beber, todo queda envenenado”, dijo Chen Apuy al llamar a las comunidades de la región a sumarse a las protestas contra la minería de oro a cielo abierto en Crucitas, San Carlos, a menos de tres kilómetros del río San Juan, fronterizo con Nicaragua.
“Además, vuelcan la montaña, quitan el bosque y ya quitaron el bosque, y al quitar el bosque esa tierra la revuelcan para hacer esas trincheras, sacan la tierra y la lavan con esos ácidos, con el cianuro, con esos venenos “, explicó.
“Todas esas tierras quedan inútiles para la agricultura, es tierra envenenada; además queda el agua envenenada”, acotó.
Doña Hilda Chen Apuy lamentó que “al botar el bosque primario, como lo hicieron ahora en esa colina que ya deforestaron, se imagina usted todo el daño, la cantidad de animalitos afectados, y no se qué animales del bosque mataron”.
“Entonces, cómo es posible que este gobierno hable de Paz con la Naturaleza si está siendo enemigo, por unos cuantos dólares, no sé para quiénes, pero en todo caso, el oro se lo llevan los extranjeros, la empresa transnacional, y nos dejan el veneno, la deforestación, el derrumbe de todo eso”, cuestionó Chen Apuy.
Futuro
Además, preguntó también “qué va a hacer después, cuando la minera se vaya, qué van a hacer las gentes de esa región, si eran agricultores ya no podrán ser agricultores. Esa tierra nunca más volverá a ser para la agricultura, ni para bosque”.
“Si bien ahora les dan un trabajo temporal, que no pasará de diez años, y después qué. Por eso yo digo: Eso es criminal”, sostuvo.
Chen Apuy reconoció que “a mí me dan ganas de llorar cuando pienso en todo esto”.
“Yo soy una persona mayor, tengo 85 años, yo no voy a ver los efectos, pero los van a ver todos los descendientes de esta generación, y las gentes de la Región Huetar Norte van a ser las víctimas”, anunció.
“¿Qué van a hacer esas gentes? Pues… venirse a engrosar los tugurios, las zonas marginales, sin trabajo. En el futuro no van a poder trabajar; entonces, mientras nosotros vendemos lo que es más valioso, que es la biodiversidad, la vegetación y todo lo que pueda servir para la agricultura, esa gente se quedará sin nada”, reiteró.
“Ahora, para el futuro qué turismo van a traer cuando todo esté desolado y envenenado, ¡que vengan entonces a ver cuál es la Paz con la Naturaleza!”, vislumbró.
Finalmente, Doña Hilda Chen Apuy al ser consultada sobre las violaciones a leyes nacionales y convenios internacionales, aseguró que para ella “eso no cuenta. Para mí lo fundamental, así de forma directa, es el daño para la población costarricense, para las futuras generaciones, ese territorio queda inservible”.
Tomado de diario digital Nuestro País.
Por Carlos Salazar (csalazar@elpais.co.cr)
Naranjo, (elpais.co.cr) “Eso de las Crucitas es un crimen. Es un crimen no solo contra la naturaleza, es un crimen contra las generaciones del futuro”, declaró la destacada intelectual costarricense Hilda Chen Apuy, Premio Nacional “Magón”.
Chen Apuy hizo la declaración a Nuestro País, minutos antes de conversar en Naranjo, Alajuela , este domingo en la mañana, con un grupo de jóvenes de diversas organizaciones sociales en la Casa de la Cultura, de este cantón.
“Es un crimen porque la minería de oro a cielo abierto, es bien sabido, es bien reconocido que produce una contaminación gravísima en las aguas, en los ríos”, aseguró.
Para la catedrática emérita de la Universidad de Costa Rica recalcó “fíjese en toda la suciedad, porque son venenos, usan arsénico, cianuro y otros elementos muy tóxicos. Eso es una contaminación”, precisó.
“Entonces, qué quiere decir, que esa agua de los ríos contaminados no se puede beber, todo queda envenenado”, dijo Chen Apuy al llamar a las comunidades de la región a sumarse a las protestas contra la minería de oro a cielo abierto en Crucitas, San Carlos, a menos de tres kilómetros del río San Juan, fronterizo con Nicaragua.
“Además, vuelcan la montaña, quitan el bosque y ya quitaron el bosque, y al quitar el bosque esa tierra la revuelcan para hacer esas trincheras, sacan la tierra y la lavan con esos ácidos, con el cianuro, con esos venenos “, explicó.
“Todas esas tierras quedan inútiles para la agricultura, es tierra envenenada; además queda el agua envenenada”, acotó.
Doña Hilda Chen Apuy lamentó que “al botar el bosque primario, como lo hicieron ahora en esa colina que ya deforestaron, se imagina usted todo el daño, la cantidad de animalitos afectados, y no se qué animales del bosque mataron”.
“Entonces, cómo es posible que este gobierno hable de Paz con la Naturaleza si está siendo enemigo, por unos cuantos dólares, no sé para quiénes, pero en todo caso, el oro se lo llevan los extranjeros, la empresa transnacional, y nos dejan el veneno, la deforestación, el derrumbe de todo eso”, cuestionó Chen Apuy.
Futuro
Además, preguntó también “qué va a hacer después, cuando la minera se vaya, qué van a hacer las gentes de esa región, si eran agricultores ya no podrán ser agricultores. Esa tierra nunca más volverá a ser para la agricultura, ni para bosque”.
“Si bien ahora les dan un trabajo temporal, que no pasará de diez años, y después qué. Por eso yo digo: Eso es criminal”, sostuvo.
Chen Apuy reconoció que “a mí me dan ganas de llorar cuando pienso en todo esto”.
“Yo soy una persona mayor, tengo 85 años, yo no voy a ver los efectos, pero los van a ver todos los descendientes de esta generación, y las gentes de la Región Huetar Norte van a ser las víctimas”, anunció.
“¿Qué van a hacer esas gentes? Pues… venirse a engrosar los tugurios, las zonas marginales, sin trabajo. En el futuro no van a poder trabajar; entonces, mientras nosotros vendemos lo que es más valioso, que es la biodiversidad, la vegetación y todo lo que pueda servir para la agricultura, esa gente se quedará sin nada”, reiteró.
“Ahora, para el futuro qué turismo van a traer cuando todo esté desolado y envenenado, ¡que vengan entonces a ver cuál es la Paz con la Naturaleza!”, vislumbró.
Finalmente, Doña Hilda Chen Apuy al ser consultada sobre las violaciones a leyes nacionales y convenios internacionales, aseguró que para ella “eso no cuenta. Para mí lo fundamental, así de forma directa, es el daño para la población costarricense, para las futuras generaciones, ese territorio queda inservible”.
Tomado de diario digital Nuestro País.
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