Por sus frutos los conocerás

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Heidy Murillo Quesada*

Con optimismo muchas personas escucharon el discurso de toma de posesión del presidente Arias sobre sus prioridades en medio ambiente. La política del gobierno que le declara la Paz a la naturaleza vive en boca del Ministro Dobles.

Nuestra Patria es reconocida por la biodiversidad y protección a la naturaleza, y por ende, la industria turística se ve favorecida, al punto de que la Cámara de Turismo de la Zona Norte logró que la UNESCO declare la región como Reserva de la Biosfera, la Paz y el Agua, por citar un ejemplo.

Pero en los últimos meses, sobre todo después del referéndum, vemos cómo las verdaderas políticas de este gobierno se han desenmascarado con una fuerte embestida sobre nuestros recursos naturales, y se ha evidenciado el doble discurso del Nobel.

"Descanse en paz la naturaleza" es el nombre que le asignamos a la política ambiental del gobierno y un artículo es poco para denunciar los grandes problemas de nuestra naturaleza y, sobre todo, la aparente complacencia hacia la destrucción y falta de voluntad política para darles una solución; sin embargo, considero que vale la pena resaltar el tema de minería.

El Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) le otorgó permiso de explotación a la mina Crucitas, la cual usará cientos de miles de litros de agua diarios, y se ubicará a tres kilómetros del Río San Juan, zona política y ambientalmente frágil.

Lo que más preocupa es la carencia del gobierno de personal idóneo para fiscalizar estas actividades, al punto de que la empresa minera se comprometió a capacitar al personal que va a inspeccionar su obra.

El desastre en Miramar, donde la empresa cerró la mina por decisión unilateral y hoy, casi un año después, ni el MINAE, ni el Ministerio de Salud, ni la Comisión Nacional de Emergencias dan una respuesta satisfactoria sobre qué se va a hacer en este caso, ni demostraron siquiera ser competentes para impedir que la empresa sustrajera parte de la maquinaria; en buena hora que quedan vecinos responsables y valientes.

Se estima que arreglar en Miramar lo que en un año y medio se destruyó cuesta cerca de 30.000 millones de colones, para lo cual 100 millones de depósito de garantía ambiental son insuficientes.

Estimadas y estimados lectores, esta actitud ¿no es acaso fruto de la verdadera intención del gobierno de llevarnos hacia un modelo que, lejos de traer desarrollo como quieren hacer ver quienes defienden lo indefendible, trae miseria, enfermedad, desolación?
"Desarrollar el país" a costa del cosmos no es la vía que las y los costarricenses queremos. Es por eso que hoy, día el medio ambiente, les pedimos a los señores Arias y Dobles, por favor, dejen en paz la naturaleza.

*Presidenta FECON

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