Minería en Crucitas afectará a lapa verde y otras especies

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Fuente: elpais.cr | 18/12/08

San José, (elpais.cr) - Un experto en temas ambientales aseguró que la minería de oro a cielo abierto en Crucitas, San Carlos, afectaría a la lapa verde y a otras especies existentes en las riberas del río San Juan, fronterizo con Nicaragua.

Contrario a lo que dice el ministro del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (Minaet), Roberto Dobles, el director de investigación del Centro Científico Tropical (CCT), Olivier Chassot, afirmó que la extracción minera interrumpiría el paso de las aves.

Chassot explicó que con la tala de los árboles de almendro, por parte de la empresa transnacional Infinito Gold, subsidiaria de la canadiense Vanessa Ventures, que propician el alimento a la especie, esta se verá afectada.

El estudio "Relación de dependencia directa para la alimentación y anidación de la lapa verde (Ara ambigua), y el almendro (Dipteryx panamensis, en la zona norte de Costa Rica", corrobora la existencia de una relación de dependencia directa para la alimentación y sitios de anidación, entre la lapa verde y el árbol de almendro, así como con otras especies de árboles.

El proyecto minero fue paralizado en noviembre anterior por un recurso de amparo, presentado por el abogado Edgardo Araya, del Frente Norte contra la minería a cielo abierto.

Uno de los principales argumentos para frenar la continuación del proyecto fue el posible impacto negativo sobre esta especie que está en peligro de extinción.

Dobles Mora ha sostenido que en esta zona no hay lapas verdes, contrario a resultados de los estudios del CCT, dirigido por el científico Chassot.

El director de investigación del CCT aseguró que el impacto de las actividades mineras afecta no solamente la población de lapas verdes, sino a varios ecosistemas frágiles que no se encuentran en ninguna otra región del país, tales como 500 especies de aves, más de 120 especies de mamíferos, unas 60 especies de peces, y varias especies de árboles, algunas de las cuales son endémicas

Estudios

La revisión de la literatura existente, que consigna los resultados de una investigación de más de seis años de observaciones sin precedentes en Centroamérica y para ninguna otra especie de la avifauna costarricense, ofrece diversos hechos comprobados, explica Chassot.

Entre ellos existe una reducción en Costa Rica del 90% del rango de distribución que ocupó originalmente la lapa verde. Su rango actual se ubica solamente en la zona norte del país, y su área de anidamiento se concentra en la zona de la Cureña y alrededores, un área de 60 mil hectáreas propuesto como Parque Nacional Maquenque, y no existe nueva evidencia u observaciones que indiquen un rango de distribución distinto para la lapa verde y el almendro al ya conocido y reportado para Costa Rica.

Por la reducción de su hábitat y fuentes alimenticias, Ara ambigua es considerada una especie en peligro de extinción, según el Decreto No. 26435-MINAE publicado en La Gaceta No. 233 del 3 de diciembre de 1997. También figura en la lista del Apéndice 1 "lista roja" de la Convención Internacional para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES); por sus siglas en Inglés.

Chassot sostiene que desde 1994 se sabe que las principales especies que Ara ambigua forrajea son los árboles de almendro (Dipteryx panamensis) y el titor (Sacoglottis trichogyna).

Además, existe una correlación entre la época de fructificación del almendro y el forrajeo de la lapa verde. Un 80% de la dieta alimenticia de la lapa verde es de la semilla del almendro, particularmente durante la época de anidamiento y cría de pichones.

Las semillas del titor es la segunda fuente alimenticia más importante para la lapa verde. Su forrajeo a comienzos de abril hasta la última disponibilidad de frutos en agosto, coincide cuando los frutos del almendro son escasos o no están disponibles.

Entre setiembre y octubre cuando los frutos del almendro y el titor no se encuentran o son muy escasos, la lapa verde se desplaza fuera de su área de anidamiento y se alimenta de una variedad de 34 especies de plantas no leñosas y leñosas.

Además, existe una preferencia de anidación en cavidades naturales del árbol de almendro. Observaciones y seguimiento bajo la técnica de investigación por telemetría, desde 1994 a la fecha, encuentran que un 87% de los nidos ocurren en el almendro.

Las cavidades naturales en árboles de almendro son importantes aun antes del inicio de la época de anidamiento. Algunas parejas las visitan meses antes, sugiriendo una actitud de reconocimiento y territorialidad por el nido.

La mayor proporción de los nidos registrados, se encuentran en árboles de almendro con un DAP (diámetro a la altura del pecho) promedio de 125 centímetros, tratándose en general de árboles de gran porte o emergentes del bosque, la edad para árboles con esta talla en otros sitios se ha calculado entre 60 a 100 años.

De acuerdo con Chassot, existe una correlación entre la disminución del número de individuos de lapa verde y la pérdida del árbol de almendro en los remanentes boscosos y en potreros, lo que ocasiona el deterioro o disminución progresiva del área de anidamiento. Se estima que actualmente existe una población no mayor de 25 a 35 parejas reproductivas, lo cual es una cantidad peligrosa para la viabilidad de su población.

Propuesta

Chassot concluye que "existe una relación de dependencia directa entre el árbol de almendro (Dipteryx panamensis) y la lapa verde", y se atribuye la importancia del almendro durante la época reproductiva de la lapa verde, dado el alto contenido nutritivo de la semilla, particularmente de aminoácidos esenciales el cual al parecer, no es obtenido por la lapa verde de otras fuentes similares.

Además, otros estudios sugieren que la estructura del pico de la lapa verde ha evolucionado especialmente para producir la fuerza necesaria para abrir el fruto del almendro, dada la gran presión que se tiene que ejercer en condiciones de laboratorio para abrir el fruto.

Por otro lado, sostiene que la lapa verde parece tener la capacidad de seguir y reconocer una ruta de forrajeo, la cual se ve perturbada si se eliminan los árboles de visita acostumbrados y esenciales en su época reproductiva.

Chassot propone continuar el proceso para el establecimiento del Parque Nacional Maquenque, "ya que su creación no solo es de gran importancia para la protección del área actual de anidamiento de la lapa verde, sino también, para el mantenimiento de los bosques de uno de los ecosistemas más diversos de las tierras bajas del atlántico, que requieren la lapa verde y otras especies menazadas tales como el manatí y felinos".

Entre otras conclusiones, Chassot sostiene que la protección per se del almendro no es garantía para el mantenimiento de una población viable de lapas verdes, se debe conservar también su hábitat.

El establecimiento de este parque, es de gran importancia para la conectividad con otras zonas boscosas densas en la región como las del Corredor Biológico San Juan-La Selva y la Reserva Biológica Indio-Maíz en Nicaragua; las cuales mantienen el hábitat de la lapa verde y son parte de la iniciativa del Corredor Biológico Mesoamericano.

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